Algunos aún guardamos aquellos libros de
nuestra Historia escolar, y como no el llamado Catón.
El Catón se publico
por primera vez en 1922 y con el que los niños de aquellos tiempos aprendieron
a leer, a declamar y a memorizar.
Fueron de gran
utilidad para que los más pequeños de hace unas décadas aprendieran
gradualmente a utilizar los acentos, las pausas y el ritmo que la lectura
precisa.
La "p" con la
"a", pa. La "t" con la "o", to. Pa-to. Así, con
los clásicos silabarios y catones, uniendo las letras del abecedario, aprendían
a leer nuestros abuelos y padres e incluso algunos de nosotros. Hoy estos
libros son libros para la nostalgia y piezas de coleccionismo.
El Catón de los niños,
editado por el famoso Saturnino Calleja fue uno de esos manuales que allá por
los años 30 sirvió para que nuestros abuelos aprendiesen a leer.
Similar al catón de
Calleja fue el Primer Libro, obra del profesor Joaquín Pla Gargol, editado
allá por 1950, por Dalmáu Carles. Se usó como manual de introducción al arte de
leer de muchos mayores, con clásicas construcciones silábicas como: Amo a mi
mamá-Mimo a mi mamá y Mi mamá me ama. Entre sus objetivos didácticos figuraba
además desarrollar la atención, la observación y las primeras nociones de
cálculo.
Unos años después, por
los 60, llegarían los míticos cuadernos Rayas, de Ángel Rodríguez Álvarez,
de la Editorial Sánchez Rodrigo. Iban desde el clásico silabario a cartillas
más avanzadas, con series de palabras para ejercitar el uso de las letras, como
Kilo, kepis, kiosco, kadí y kabila, en el caso de la letra K.
Sin duda, uno de los
manuales de mayor éxito en la enseñanza de la posguerra fue la Enciclopedia
Álvarez (AQUí) Escrita
por un maestro zamorano, Antonio Álvarez, fue libro de texto en la etapa de
enseñanza primaria de ocho millones de niños españoles, de 1954 a 1966. Sus más
de cien ediciones avalan ese enorme éxito docente que tuvo en su tiempo.
Todavía, algunos conservamos
los ejemplares con los que estudiamos, allá por 1964. Las materias que
condensaba iban desde la Historia Sagrada a las Ciencias de la Naturaleza,
pasando por los Evangelios, Lengua Española, Aritmética, Geometría, Geografía e
Historia de España. Además incluía partes dedicadas a formación
político-social-para niños-, lecciones conmemorativas, formación familiar y
social, formación política para niñas y conmemoraciones escolares.
En ese singular
apartado aparecían, entre otras, la exaltación de la cruz, el 14 de septiembre;
Cristo rey, el último domingo de octubre; el día de la información, 29 de
noviembre; mártires de la Tradición, 10 de marzo, o el día del Papa, 29 de
junio.
Sin lugar a dudas,
unos acertados y buenos libros frente a los libros densos y caros de la
enseñanza actual y en un tiempo en el que el nivel educativo está
empeorando a pasos agigantados, El parvulito fue otro de los manuales
escolares escrito por el profesor Antonio Álvarez, que tras pasar la censura de
la época allá por 1955, recibió en enero de 1958 la aprobación del Consejo
Nacional de educación para su uso en las escuelas de Enseñanza Primaria.
Si
quieres ver aquellos antiguos libros de la escuela, te ofrezco este enlace AQUÍ
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