La Plancha de Hierro fue
toda una revolución en aquellos tiempos de penuria, esta se calentaba
sobre las ascuas o rescoldos del fuego de la antigua hornilla o
chimenea.
Nuestras madres extendía la ropa sobre la mesa, colocaban una taza de
agua, mojaban los dedos y chapurreaban el agua sobre la prenda a
planchar, esto lo hacían para que no se pegara la plancha caliente en
la ropa.
Siempre
se utilizaban dos planchas, cuando una plancha empezaba a enfriarse tras el
planchado, se cogía la que estaba sobre las ascuas del fuego y se colocaba
la que se enfriaba. Y así hasta que se terminaba el planchado. Eso si, la
ropa quedaba perfecta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario