Un
juguete que aún podemos ver y disfrutar en Huévar gracias a esas personas
amantes de nuestra historia y que aún guardan esas cosas maravillosas de
nuestra niñez.
Nosotros
aún no lo sabíamos, pero este juguete fue el precursor de los modernos sistemas
de home cinema. Se llamaba CinExin y fue el típico juguete de moda para divertirse con los
amigos: “¡mira, le doy para delante… y ahora para atrás!” Aun
no lo sabíamos, pero estábamos gestando una técnica que más adelante los
realizadores televisivos llamarían “moviola”.
El
CinExin era un proyector de películas Super 8 escondido en el interior de una
caja de color azul, verde (o naranja, según el modelo). La primera versión fue
la de color verde (ver imagen), en la que había que abrir la caja y colocar la bobina de
película. Después los fabricantes se dieron cuenta de que quizá ésto era
demasiado complicado para un juguete, así que introdujeron la versión azul, en
la que las películas venían en una especie de cartuchos que simplemente se
acoplaban en un lateral del aparato. Una vez hecho esto, simplemente bastaba
con encender la bombilla y mover la manivela para ir proyectando la película. Y
ésta era una de las grandes bazas del CinExin, ya que gracias a la manivela
podíamos ir más rápido, más despacio o incluso marcha atrás, lo que ampliaba
las posibilidades de un invento ya de por sí bastante limitado.
Y es
que una de las características más frustrantes del proyector era la escasa
duración de las películas (del orden de unos 30-40 segundos) por lo que no eran
historias completas. El catálogo se componía tan sólo de fragmentos incompletos
y sin sonido de películas y series de dibujos animados de éxito (y encima, los
cartuchos de CinExin valían una pasta).
Uno de
los dos cartuchos que venían con el aparato era una versión editada y recortada
del famoso corto animado de Disney " La caravana de Mickey", que en su
versión CinExin comenzaba cuando Mickey está preparando el desayuno y llegaba
hasta el momento en que la caravana se desenganchaba y se iba directa a la vía
del tren… y ahí terminaba.
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